HUGO OTERO OLMOS | FOTOGRAFÍAS: RR.SS. FC BARCELONA Y ATLÉTICO DE MADRID

FC Barcelona y Atlético de Madrid pecan de inocencia en la Champions y sucumben en la vuelta de los cuartos de final frente a PSG y Borussia Dortmund respectivamente, desaprovechando las victorias cosechadas en la ida

La posibilidad de tener un duelo entre Atlético de Madrid y FC Barcelona en las semifinales de la Champions era más que realista tras sendas victorias en la ida. Sin embargo, nadie podía descartar la opción de que ambos fueran remontados. Ya no era una cuestión de saber que el derrumbe iba a suceder, sino de que, si sucedía, sería con este exacto guion. Básicamente, se trataba del mito de Edipo, que mató a su padre y se terminó casando con su madre, tal y como decía la profecía y a pesar de los intentos de sus predecesores por evitarlo. El destino a veces puede ser muy caprichoso.

Una tarjeta que convirtió el sueño en pesadilla

Un golpe encima de la mesa. Eso es lo que había hecho el Barça en el Parque de los Príncipes. Los de Xavi, además de realizar un encuentro completísimo, habían recurrido a la pegada y a un superlativo Raphinha para remontar y jugarse el pase en Montjuïc con un gol de ventaja.

Ante las bajas por sanción de Christensen y Sergi Roberto, Xavi alineó a un Pedri que trabajó incansablemente hasta que le aguantó el físico.

Luis Enrique, por su parte, recuperaba a Achraf en el lateral diestro y devolvió la titularidad a Barcola en detrimento de un Asensio que no estuvo a la altura en la ida.

El Barça comenzó dominando, buscando un guion similar al acontecido una semana antes. Ese gran inicio tuvo recompensa cuando apenas se contabilizaba una docena de minutos de juego. Una internada de Lamine Yamal por la banda derecha culminó en un centro al corazón del área pequeña, donde apareció Raphinha. El brasileño colocó el pie a la perfección, controlando la dirección de un balón cuya potencia era impropia de un centro y alojando el esférico al fondo de la portería de Donnarumma.

La noche comenzaba de una forma inmejorable para los culés, ampliando a dos goles la ventaja en el global e igualando la cuantía de llegadas sobre la meta contraria.

Sin embargo, cuando más controlado lo tenían los de Xavi, llegó la jugada que marcó el partido y la eliminatoria. La presión parisina sobre Araújo surgió efecto, obligando al uruguayo a dar un pase poco preciso.

Nuno Mendes no solo cortó el pase, sino que ese toque habilitó a un Barcola que se quedaba solo frente a Ter Stegen. El joven francés no pudo culminar la jugada, puesto que el propio Araújo, en una reacción a la desesperada para enmendar su error, derribó al jugador del PSG, dejando a su equipo en inferioridad numérica con una hora de partido por delante.

La expulsión dejó expuesto al FC Barcelona, que aguantó defensivamente durante unos minutos gracias a la entrada de Íñigo Martínez en lugar de Lamine Yamal, que fue el jugador sacrificado por Xavi. El entrenador también vio la roja por sus exacerbadas protestas en la banda.

Cuando el descanso se vislumbraba como un oasis en el desierto, el PSG empató el partido y sembró el terror en Montjuïc. Barcola penetró hasta la línea de fondo y metió el pase de la muerte. Cubarsí no calculó bien el despeje y el balón llegó al segundo palo, donde apareció Dembélé para anticiparse a la marca de Cancelo y definir ante su ex equipo.

El gol del mosquito hizo mucho daño al Barça, que salió del descanso muy debilitado anímicamente. Los blaugranas decidieron replegar y proteger la mínima ventaja que poseían, pero la contundencia no era suficiente y los errores, impropios de unos cuartos de final de la Champions, se sucedían.

El primero de ellos llegó en un saque de esquina. El PSG sacó rápidamente en corto y el balón llegó a Vitinha en la frontal del área. Nadie salió a tapar al portugués, que dispuso de todo el tiempo del mundo para controlar y ejecutar un zapatazo que entró junto a la cepa del poste.

Con la eliminatoria empatada y el Barça en inferioridad numérica, el futuro del club catalán en la vigente edición de la Champions se preveía muy próspero.

Tanto fue así que un nuevo error condenó a los de Xavi. Cancelo midió mal y fue al suelo a destiempo, derribando a Dembélé. Mbappé no falló desde los 11 metros y París estalló de júbilo con la remontada.

Los locales se volcaron con todo al ataque. A la desesperada y con uno menos, dispusieron de varias ocasiones ante un PSG al que le temblaban las piernas. Donnarumma repelió un disparo de Lewandowski, Raphinha estuvo a centímetros de lograr un gol olímpico y Ferrán dispuso de varios desmarques en los que le falló el control y/o la toma de decisiones.

Cuando mejor estaba el FC Barcelona, que parecía poder empatar la eliminatoria, un contraataque fulgurante de los parisinos dio el estacazo final a los culés. Ter Stegen salvó el gol en dos ocasiones, pero Koundé se equivocó y le regaló el balón a Mbappé, que no dudó en fusilar sin piedad al portero alemán.

El partido y las esperanzas de ‘la sexta’ murieron con ese cuarto gol. El Barça se despide de la Champions tras ser incapaz de defender ordenadamente y aguantar la ventaja, a pesar de tener dos goles de renta.

La expulsión de Araújo ha marcado unos cuartos de final de la Champions en los que los de Xavi han demostrado que están de vuelta en la élite del fútbol mundial.

Los blaugranas tendrán ocasión de resarcirse el próximo domingo 21 de abril a las 21:00 horas frente a su máximo rival y actual líder de LaLiga. En el Santiago Bernabéu, Real Madrid y FC Barcelona disputarán un clásico vital en el devenir del campeonato liguero. Por su parte, el PSG recibirá a la misma hora al Olympique Lyonnais en búsqueda de ganar matemáticamente una liga francesa más.

Una de tantas decepciones

El Atlético de Madrid podía volver a unas semifinales de Champions tras varios años de decepciones. Tras la ida, había licencia para soñar. En el Metropolitano, los colchoneros pudieron golear al Borussia Dortmund, pero un despiste terminó por ajustar el marcador y dejar un 2-1 con sabor a derrota.

De cara a la vuelta, tres cosas eran seguras: Samuel Lino estaba sancionado, el Signal Iduna Park es un territorio hostil, propicio para remontadas, y el Cholo iba a plantear un encuentro defensivo.

Tanto fue así que el Dortmund se volcó con todo al ataque desde el primer minuto. Enfrente, el Atlético de Madrid replegaba. Las contras eran la única esperanza colchonera, y Morata tuvo un mano a mano apenas en el minuto 4. El delantero español picó el balón ante la salida de Kobel, pero no cogió portería, lo que ha agraviado las críticas hacia un Álvaro Morata que no pasa por su mejor momento.

El Atleti, lejos de meter miedo con esa ocasión, dio otros dos pasos hacia la portería de Oblak. El asedio sobre la meta rojiblanca era tan previsible como imparable, y el primer tanto local no tardó en llegar.

Sobre las media hora de juego, un envío en largo de Hummels llegó a pies de Julian Brandt. El mediapunta alemán caracoleó en el lateral del área y probó fortuna con un potente lanzamiento raso, que dobló la mano de Oblak y se introdujo al fondo de la red.

En plena cresta de la ola, el Dortmund siguió surfeando mientras el Atleti se caía de la tabla. Como era de esperar, el segundo tanto de los amarillos no tardó en llegar. El lateral zurdo, Ian Maatsen, trazó una pared con Sabitzer y, una vez dentro del área, definió cruzado, junto a la cepa del poste.

El Cholo y sus pupilos imploraban para que llegase el descanso. En el mismo, Simeone realizó tres sustituciones que evidenciaron el pésimo planteamiento inicial y que ayudaron al equipo a salir de la cueva. El Cholo cambió ambos carriles y la pinta del ataque. Riquelme, Pablo Barrios y Correa ingresaron en lugar de Azpilicueta, Morata y Nahuel Molina, grandes señalados del desastre de la primera mitad.

De repente, el Atlético vio la luz al final de la caverna. Un córner botado por Griezmann encontró en el segundo palo a Hermoso. El cabezazo del central, buscando el otro palo, fue desviado por Hummels. Con Kobel vencido, el balón traspasó la línea mientras los jugadores locales se llevaban las manos a la cabeza.

Nuevamente, la eliminatoria estaba empatada. Gracias a los cambios tácticos realizados durante el entretiempo, el Atleti había conseguido equilibrar la balanza y evitar lo que en la primera parte parecía una hecatombe. 

Los del Cholo no solo habían conseguido igualar la intensidad del Dortmund y empatar la eliminatoria, sino que no renegaron de buscar el tanto de la victoria.

Ángel Correa dispuso de un mano a mano frente Kobel tras un magistral pase de Koke, pero la definición del argentino se marchó desviada, a centímetros del poste.

El argentino perdona una vez, pero no dos. En el minuto 64, un contraataque del Atlético puso de nuevo a los rojiblancos con un pie en semifinales. Correa rompió al espacio, y buscó la llegada de algún compañero en segunda línea. Riquelme se abalanzó sobre el balón como un gato sobre un ovillo de lana, pero Kobel se lució y mantuvo la compostura. El rechace volvió a pies de Correa, que dispuso de dos intentos más. En el primero se topó con un defensor local, pero a la segunda fue la vencida, voleando la meta germana sin piedad.

El Atleti estaba en su mejor momento y, tras sucumbir en la primera parte, había levantado la eliminatoria con mucho pundonor.

Solo quedaba defender, pero todo se torció en apenas 5 minutos. Cuando más controlado estaba el encuentro y menos cosas sucedían, el Dortmund se encontró con dos obras de arte en forma de goles gracias a la dupla formada por Fullkrug y Sabitzer.

El centrocampista austríaco fue el mejor de su equipo, dando dos asistencias y marcando el definitivo gol de la victoria.

Un centro suyo desde la banda izquierda devolvió la ilusión a Dortmund. En el corazón del área apareció Fullkrug para elevarse y marcar uno de los mejores goles de cabeza que recuerdo. Un cabezazo perfecto, con una parábola imparable, que superó a Jan Oblak y se introdujo al fondo de la red tras tocar en el poste.

Apenas un par de jugadas después, en el minuto 74, el propio Sabitzer recogió un balón suelto en la corona del área y, tras un amago, ejecutó un disparo cruzado ante el que nada pudo hacer Jan Oblak.

En apenas un par de minutos, el Atlético de Madrid había pasado de tener la eliminatoria en su mano y bajo control a perderlo todo.

El portero esloveno mantuvo con vida a los del Cholo, que fueron incapaces de generar peligro durante el tiempo restante y se acordaron de todas las ocasiones desperdiciadas en la ida y que dejaron con vida a un Borussia Dortmund que revivió bajo el calor de su gente para colarse entre los cuatro mejores de Europa.

Tras un partido horripilante y en el que apenas pueden sacarse unos minutos positivos de juego y competitividad, el sueño rojiblanco llega a su fin. La temporada de los colchoneros está llegando a su culmen y no solo va a estar exenta de títulos, sino que la presencia del Atlético de Madrid en la próxima edición de la Champions League está en duda 

Para ello, los de Cholo deberán sumar de a tres en Medizorroza frente al Deportivo Alavés, el próximo domingo 21 de abril a las 18:30 horas.

Por su parte, el Borussia Dortmund, a expensas de disputar las semifinales de la Champions frente al PSG, tendrá que seguir peleando con el RB Leipzig por la cuarta plaza de la Bundesliga. El domingo 21 de abril a las 15:30 horas, recibirá al recién nombrado campeón del torneo por vez primera, el Bayern Leverkusen de Xabi Alonso. El entrenador español mantiene a su equipo invicto esta temporada, en la que está a tres partidos de lograr el triplete.

Además, la Bundesliga consiguió definitivamente las 5 plazas de Champions  de cara a la temporada que viene gracias a la eliminación del West Ham inglés en manos del Leverkusen el pasado jueves en los cuartos de final de la Europa League. Esto, sumado a los dos semifinales en la Champions, han permitido a la liga alemana obtener el segundo puesto dentro del ránking, siendo únicamente superada por la Serie A italiana.